lunes, 30 de enero de 2017

SEMBRANDO LAS PLANTAS ARVENSES

Tendríamos que haberlas sembrado antes, pero no ha sido posible. Las plantas arvenses, es decir las llamadas malas hierbas, suelen quedar sobre el suelo de los campos y, tras las lluvias de otoño, germinar produciendo unas pequeñas plantitas ("plántulas"). Tras delimitar las parcelas, como ya se comentó, se laboreó la tierra eliminando las plantas arvenses espontáneas. 

El pasado viernes 27 de enero, mientras sus compañeros de 4º ESO B medían los perímetros y las diagonales de las siete parcelas que habían sembrado, Alicia Villalta y David Hernández sembraron las nueve especies de plantas silvestres propias de los cultivos de secano de Aragón. 


Es decir, sembraron las semillas de verbiana o hierba blanca (Diplotaxis erucoides), mostacilla (Rapistrum rugosum), ababol (Papaver rhoeas), correhuela menor (Convolvulus arvensis), maravilla del campo (Calendula arvensis), avena montesina (Avena sterilis), azulejo (Centaurea cyanus), vallico (Lolium rigidum) o el amor de hortelano (Galium triconutum).

Las semillas de algunas especies eran muy pequeñas y las de otras muy escasas por lo que se mezclaron con arena seca para repartirlas mejor en cada  parcela. Les pusimos un cartel de plástico en cada una con el nombre común y el de la familia. Estas plantas necesitan poco cuidado. Saben buscarse la vida por sí solas.

Estudiar las plantas silvestres tiene interés agronómico, pues compiten con las plantas cultivadas. Pero también tiene interés ecológico pues son la base de la alimentación de muchas especies animales que viven en los campos que, como sabemos, son también unos ecosistemas muy singulares.


A partir de ahora ... a seguir su desarrollo.  

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